Este brotecito de encina ha sido un regalo inesperado (gracias Luis). La encina es uno de los árboles más característicos de España. Soporta bien el frío y los veranos cálidos y secos, así que espero no tener problemas por esa lado.
De momento lo he metido en una maceta de entrenamiento (cortesía de Marian y Marcelo y de Central Lechera Asturiana como se puede apreciar, jajaja;) ). La idea es que crezca ahí durante un año o dos para que forme un buen tronco y raíces. Cuando tenga más tamaño será tiempo de hacer podas estructurales e ir recortando las raíces para que se vaya formando el bonsái. Creo que todavía es pronto para pensar en estructura pero me gustaría que fuera vertical (formal o informal) así que lo dejaré sin alambrar ni nada: que crezca a sus anchas.
Esta especie tolera mal el trasplante en las primeras fases de su vida, por lo que habrá que tener cuidado de no tocarla mucho y si hay que cambiarla de maceta, intentar dejarle la tierra.
Por ahora toca esperar pero cuando vaya dando bellotitas ya os invitaré a una ensalada para celebrarlo, jaja.
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