- Lo primero es lavar la caja. A mí me gusta coger las de leche porque las de zumo hay que lavarlas especialmente bien o enseguida se quedan pegajosas. Luego la secamos bien y le quitamos la parte de arriba.
- Cortamos siguiendo bien las dobleces.
- ¿Veis? Por dentro es plateada, y depende de cómo la decoremos después puede quedar muy bonita.
- Presionamos el "culo" (porque se queda abultado hacia afuera) y le damos forma.
- Le damos la vuelta a los lado, y vamos pegándolos con celo. Tened en cuenta que si luego vais a pintar la caja conviene que utilicéis un celo de los que se puede escribir encima.
- Cerramos los bordes. Yo esta vez lo he hecho muy simple: cada uno sobre otro y ya está.
¿Qué os parece? Para decorarla podemos utilizar rotuladores permanentes, telas o papel pegado con superglue, cinta aislante de colores en vez de celo... ¡¡Qué vuele la imaginación!!
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