Olmo: puesta a punto para la primavera

La entrada es sobre la especie de la izquierda.
Ya habrá otra para Kibo,
siempre atento a todo lo que pasa en la terraza.

Hoy le toca el turno al olmo. Es el último que está brotando (la morera se le ha adelantado por unas semana) y le tocaba hacer una operación de urgencia.

Como podéis ver, no se le cayeron las hojas en otoño, sino que se quedaron ahí (yo creo que de puro frío, jaja). Y claro, ahora que llega la primavera hay que quitárselas sí o sí. No estaría mal que se las hubiera quitado en invierno, pero qué queréis que os diga... se me ha pasado. Así que hoy tocaba: "poner a punto el olmo".


Lo de quitar las hojas no es un mero capricho estético. Por supuesto que cuando se abran los brotes, que será dentro de poco, quedará mucho más bonito estéticamente si no hay hojas secas al lado. Pero tiene dos razones también prácticas y a tener en cuenta:
- la primera: siempre hay que quitar las partes secas de una planta, porque aunque no lo creamos, le chupan fuerza al árbol. Si nos damos cuenta además, que ahora mismo el árbol tiene que dar toda su fuerza a los nuevos brotes, el trabajo de hoy está más que justificado.
- la segunda: también relacionado con los brotes. Estos, para formarse, necesitan la luz del sol. Si aclaramos la copa de hojas que además son inservibles, les ayudamos a que se desarrollen más y más fuertes.

Para llevar a cabo esta labor nos podemos servir de diferentes herramientas similares a unas pinzas de depilar (o unas pinzas de depilar). La diferencia, como podéis ver en las fotos, es la terminación de éstas. Yo personalmente prefiero utilizar los dedos. Así controlo más la fuerza que hago, porque sobre todo hay que tener cuidado con los brotes que se están formando en la axila de cada hoja. En la foto creo que se ve claramente a qué me refiero.

La camara ha enfocado a la hoja de atrás, y la yema
se ve mejor en la hoja que está en la rama de primer plano.

Hay que ir sin miedo, pero con cuidado. Para hojas que estén muy metidas en la copa sí que utilizo las pinzas.

Este año le habría tocado una buena poda estructural, porque tiene ramas por todos los sitios y direcciones, pero he preferido dejarla para el próximo año, y ahora me he conformado con recortar un poco las ramas demasiado largas, para que así la savia se concentrara en los brotes que ya están empezando a desarrollarse.

Un apunte: la poda y cualquier otra labor que estrese al árbol, hay que realizarla cuando esté fuerte. No sé si os habréis preguntado que qué hace un bonsái en una maceta normal que no es de entrenamiento. Pues bien, el año pasado, que es cuando lo compré, la tierra que llevaba era "algo mala". Es la primera vez que me pasa con un bonsái comprado en El Corte Inglés. Estos vienen de Mistral, que es una empresa dedicada a esto. Pues se secaba muy rápidamente y le costaba absorber agua, con lo cual amenazaba con secarse, y como no era momento de trasplantar, lo metí con toda su tierra y tierra normal de macetas en donde está ahora. Si al próximo año me atrevo a trasplantarlo (todavía no he hecho ninguno, pero alguna vez tiene que ser la primera) le haré las dos cosas a la vez para que el sistema de ramas y el de raíces vayan a la par.

Aquí os dejo una foto con el antes y el después, y las hojas que quité (¡y parecían pocas!).
¡Que paséis buen fin de semana!