sábado, 24 de septiembre de 2011

Morera (Morus)

Hoy le toca el turno a otro bonsai: la morera. Es una especie de hoja caduca que produce pequeños frutos. Por lo que he podido comprobar es una especie realmente resistente. Soporta bien temperaturas bajas e incluso algo de sequía (alguna vez en veranos muy calurosos me la he encontrado pidiendo agua a gritos). Incluso, en alguna ocasión que ha tirado las hojas demasiado pronto, ha rebrotado como si nada.

Las hojas son de un verde intenso pero no oscuro y tienen un tacto ligeramente aterciopelado. Los bordes son aserrados y como caen ligeramente, crean una especie de cortina sobre el tronco que me gusta mucho.


Además, en el caso de este espécimen, eso me viene fenomenal porque tiene una gran cicatriz en el tronco de un mal alambrado. Sé que para la gran mayoría de la gente (si no toda) que se dedica al mundo del bonsai, este es un aspecto que haría que automáticamente dejara a este bonsai fuera del grupo de selección, pero a mí fue precisamente eso (el saber que muy poca gente querría comprarlo) lo que me hizo quererlo y llevármelo para casa. La verdad es que el movimiento que tiene el tronco me gusta mucho y lo único que podría decirse que lo "afea" es esa gran cicatriz que lo atraviesa de arriba a abajo, pero también le da carácter, como si hubiera pasado una catástrofe (bueno, realemente pasó una catástrofe aunque con el alambre, no con algo natural, jaja). Bueno, si,  también es verdad que la cicatriz hace que el tronco se ensanche a medida que asciende, lo cual es justo lo contrario que se espera en el tronco de cualquier árbol, pero también lo hace especial.

Es una especie de exterior, sin duda. La tengo todo el año en la terraza a excepción de las partes del invierno extremadamente frías y las de excesivo viento, ya que en la orientación en la que está es especialmente ventosa y ya ha habido alguna vez que me he encontrado plantas o bonsais en el suelo. En estos casos en los que no está en el exterior, no meto la morera dentro de casa: eso le crearía un lío y al notar calor se pondría a brotar como loca. La pongo en otra parte de terraza cerrada, y al ser una temperatura fresca, sigue en periodo de reposo. Este periodo es muy importante para los bonsais de hoja caduca porque están preparando las yemas para la próxima brotación. Si a los bonsais de hoja caduca los metemos dentro de casa en invierno, no tirarán la hoja y nos parecerá genial porque así podremos seguir disfrutando de ellos, pero a la larga se agotarán y pueden llegar a morirse a medio-largo plazo.

Primeras hojas amarillas del otoño. A ver si hay suerte
y se sincronizan para estar todas amarillas a la vez.
Personalmente mis bonsais favoritos son los de hoja caduca: me encantan los colores otoñales, las ramas desnudas en invierno, la fragilidad que transmiten, y ver las pequeñas yemas que van asomando en primavera es una alegría.